La Epístola de Pablo Serie El Libro de Romanos: Aprendiendo a estar arraigado y establecido en La Cruz de Cristo
La simiente de David y el Hijo de Dios
Romanos 1:3-4
3. Acerca de Su Hijo, nuestro Señor Jesuschristo, que fué hecho de la simiente de David según la carne;
4. El cual fué declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de Santidad, por Su Resurrección de entre los muertos
Se profetizó en las Sagradas Escrituras que Jesús fue profetizado por los profetas que leemos en el Antiguo Testamento que un Mesías que vendría pronto vendría de la simiente de David según la carne, su humanidad y su humanidad y él también era el hijo de Dios con respecto a su deidad, Jesús es el mensaje central del Antiguo Testamento.
En el versículo 3, cuando dice 'que fue hecho', esto significa la entrada a un nuevo pacto, Dios se hará hombre.
Debo confesar que durante mucho tiempo no entendí este versículo tan claramente como lo hago ahora, especialmente cuando se trata de la encarnación, ¡Dios viene hombre!
Si miramos de cerca las Escrituras, entenderemos lo que esto realmente significa.
Jesús es Dios manifestado en carne (1 Timoteo 3:16; 4:6).
Él es la plenitud de la Gracia de Dios (1 Pedro 5:10; 1 Corintios 15:10).
¡Todo lo que Dios es, es Jesús, como Jesús nos dice cuando me has visto, has visto al padre! (Juan 14:9-11).
Como Jesús les dijo a los escribas y fariseos, '¡antes que Abraham fuera, yo soy!' (Juan 8:58) ¡Él fue y siempre será Dios manifestado en carne!
Jesús era incluso antes de la fundación del mundo (Juan 1:1-5) y hay muchas escrituras que hablan de Jesús y el fundamento que pondría, y el fundamento del que hablo es Jesús y Él crucificado.
Nosotros, como creyentes, debemos recordar tomar nuestra cruz diariamente (Lucas 9:23) y seguir a Jesús y si no podemos comprometernos a hacer esto, no somos dignos de ser seguidores de Él ni podemos ser llamados discípulos de Cristo. .
Debemos crucificar la carne diariamente porque no hay nada bueno en nuestra carne, además, debemos recordar que Jesús pagó por todo lo que necesitamos y el Espíritu Santo es nuestro ayudador, todo lo que tenemos que hacer es pedir.
Mateo 1:6; 16, Lucas 1:32, Hechos 2:30; 13:33, 2 Timoteo 2:8, Juan 1:14, Gálatas 4:4, Hebreos 9:14
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