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De Génesis a Apocalipsis: El Espíritu Santo y la Obra Consumada de la Cruz

En nuestro viaje a través de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, encontramos la profunda presencia y obra del Espíritu Santo. Desde el principio, el Espíritu Santo está activo en la creación y a lo largo de la historia de la redención. Él está presente en Génesis, donde vemos Su papel en la formación del mundo, y continúa Su obra a lo largo de toda la narrativa de las Escrituras.


Nacemos con una naturaleza pecaminosa, heredada del primer Adán, y el Espíritu Santo desempeña un papel crucial en abordar esta realidad. A lo largo de la Biblia, el Espíritu está trabajando para guiarnos, consolarnos y corregirnos, señalándonos la dirección correcta y trayendo a nuestra memoria todo lo relacionado con las Sagradas Escrituras y las enseñanzas de Jesús antes de Su sacrificio en la Cruz.


El Espíritu Santo no opera fuera de lo que Cristo logró en el Calvario. Su misión es ayudarnos, corregirnos cuando sea necesario y guiarnos de regreso a la justicia posible a través del sacrificio de Jesús. Al examinar las Escrituras, vemos que el ministerio del Espíritu Santo está íntimamente conectado con la Cruz, afirmando que toda Su obra se realiza en alineación con el acto redentor de Jesús.


Reflexionar sobre el papel del Espíritu Santo a lo largo de la Biblia nos invita a apreciar cuán profundamente Su obra está entrelazada con la obra consumada de la Cruz. Considera cómo esta presencia divina impacta tu comprensión de las Escrituras y guía tu caminar en la justicia.


A medida que profundizamos en estas verdades, deja que ellas moldeen tu perspectiva sobre la obra continua del Espíritu Santo en tu vida y el poder transformador de la Cruz.


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